Paula Bombara
nació en Bahía Blanca, en 1972. Recuerda su infancia siempre con un libro en la
mano, desde muy chica, disfrutando de historias largas y cortas, con
ilustraciones y sin ilustraciones, de narrativa y divulgación científica,
libros de historietas, cuentos, novelas, libros de arte y libros de tecnología,
ella lo tenía todo y su mama tenia (y aun tiene) una biblioteca riquísima donde
se encontraban delicias a toda hora.
Empezó a
escribir pensando en publicar que es muy distinto para ella, cuando uno escribe
a los 28 años. En realidad no sabe bien que la inspira, se le empieza a
aparecer un pensamiento que tiene que ver con algo de la realidad, que va
tomando fuerza hasta que se da cuenta que tiene entre las manos material para
armar una historia, algún personaje depende el caso. Hasta ahora nunca se dio
igual, no es que tenga un mecanismo de rutina, medio que la sorprende.
Escribe
novelas y textos de divulgación científica. Su encuentro con la literatura tuvo
muchas curvas y llegar a dedicarse a esto implico muchas decisiones.
Su vocación
empezó por el gusto a la lectura, uno de sus escritores favoritos es Raymond
Carver, quien decía que hay un 1% de talento y un 99% de trabajo.
Un año después
de que gano el premio, se dedico a escribir textos de divulgación.
Llego a los
libros para chicos y jóvenes por medio de una amiga que necesitaba un cuento
para presentarse a un concurso, escribir ese cuento le dio mucho placer y
decidió profundizar la experiencia. Se enteró que Graciela Montes daría una
charla en la Facultad de Agronomía y fue. Ella le recomendó el taller literario
de Susana Cazenave. Ese taller terminó de enfocarla hacia la LIJ. Se quedó
porque cuando los chicos y las chicas leen y se apasionan, lo hacen de una
manera muy genuina y desprejuiciada, la cual le gusta observarlos leer, la
estimula saber que debe interesarles en lo que quiere transmitir.
Desde el 2004
hasta la actualidad tiene muchos títulos de divulgación científica publicados,
algunos como autora única y otros coescritos con científicos especializados
(casi todos de la colección ‘Querés saber’). En narrativa publico 6 novelas y
algunos cuentos.
Cuando escribe
un libro no le gusta tener tiempo, le gusta que vaya saliendo a sus tiempos y
que se sorprenda lo que se le va ocurriendo, engancharse con los personajes de
a poco.
A Paula le
encanta corregir sus libros, a veces, lo hace en demasía pero no lo puede evitar,
también suele inspirarse en cosas alegres, depende de que le llame la atención.
Su lugar preparado para escribir es su habitación, donde tiene un escritorio,
una notebook que es como EL lugar, a veces se aburre en esa habitación y se
lleva la computadora a otro lado como la cocina y el patio, pero escribe sólo
en esa computadora, y si no, toma nota a mano.
En su vida los libros estuvieron siempre, no
tiene un primer recuerdo de ellos de la misma manera que no lo recuerda como
‘su primer chocolate’.
Cuando decide contar una historia ocupa parte
de sus pensamientos las 24hs, los 7 días de la semana. Arma la estructura y da
cuerpo a los personajes primero en su cabeza así que en esa etapa el proyecto está atravesado por
su vida cotidiana. Para no olvidarse de ciertas frases o detalles, las anota en
un cuadernito que lleva siempre con ella. Anota en cualquier lugar y cualquier
hora. No detesta nada de los libros, pero sí hay cosas que le molestan, como
cuando un libro promete algo que no cumple, le molestan los libros bellísimos
que cuentan historias mediocres. Tampoco le gusta encontrar detalles que
muestran descuidos o apuros en la producción, como ilustraciones que no se
corresponden con el texto, le molestan las historias que podrían ser más
profundas y no lo son, también los abusos a ciertas palabras, diminutivos,
malas traducciones, los argots que ocultan significados en lugar de
facilitarlos.
Cuando tiene ganas de abrir un libro, puede
dejar todo lo que está haciendo para sumergirse en la lectura, no importa
donde, ese es un momento de felicidad.
Actualmente le preocupa la falta de
comunicación entre las personas en general. Y la poca importancia que se le da
a la palabra del otro, mas si el otro es un niño o un joven. Le asombra
gravemente que todavía haya adultos que los adultos sigan pensando que los
niños son personas en blanco a las que hay que llenar de contenidos, o peor
aún, no son personas completas, ‘hablamos mucho, y escuchamos poco’ dice en una
entrevista. Un logro del que se siente orgullosa es poder dedicarse a hacer lo
que le gusta.
Para escribir una historia siempre aborda de
una inquietud que le aborda. Primero le da vueltas en la cabeza varios meses
hasta que empiezan a aparecer los personajes ‘dialogando’ con ella, tarde el
tiempo que sea necesario ya que no apura este proceso, luego corrige y trabaja
el lenguaje.
En su libro ‘Solo tres segundos’ la amistad va
más allá de la vida y la muerte. La amistad como sentimiento gobernante,
decidió escribir sobre este tema luego de ver un testimonio en la tv, donde una
adolescente contaba la pérdida de sus mejores amigos en un accidente
automovilístico.
En la actualidad está preparando un nuevo libro
de divulgación científica que no será para un público determinado, sino para
todo público.
Escribir le produce alegría inmediata, además,
las sorpresas en general: un mate listo cuando piensa lo rico que sería
tomarlo, un brote en una planta que creía que había muerto, una flor en sus
macetas, un abrazo que llega sin pedirlo.